miércoles, 11 de agosto de 2010

Hamarr

 

Decía Paul Bowles que una de las cosas que más le gustaban de Marruecos era el ritmo de vida. Decía que aquí las prisas no existían -o que existian apenas- y que en su tierra natal (EE.UU.) se veía obligado a seguir un ritmo de vida al que no quería, no podía acostumbrarse. Al pasear por las callejuelas de las ciudades, uno observa las gentes apostadas en las entradas esperando nada, ocupados en echar un partido a las damas o en tomar un té y dejar que la conversación discurra. En el campo, los hamarr (los burros) representan a la perfección este ritmo de vida. Si no es hoy, será mañana. Inchaallah.(Si Dios quiere)

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